Hedone

Representa el disfrute y el deseo sexual.
Las mujeres aprendimos una sexualidad puesta a disposición y servicio del hombre, aprendimos a ser
pasivas y fingir orgasmos haciendo que el sexo se convierta en un deber que enfocamos en el otro y no
desde nuestro propio disfrute personal. A diferencia de la sexualidad masculina, a la que muchas veces
se tendió a considerar violenta y depredadora, las mujeres aparecen como objetos del deseo ajeno o
como víctimas, pero nunca como personas activas de su propia sexualidad, escindiendo la personalidad
de la mujer, negando la posibilidad de que una mujer pueda disfrutar de su sexualidad mostrandose
sensual y seductora.

«La lucha contra la opresión sexual no puede limitarse a denunciar la violencia masculina, sino que debe
combatir también la represión de la sexualidad femenina»